Comúnmente
entre aquellos anarquistas simpatizantes o con cierta cercanía hacia el
anarcocomunismo, la idea de la participación de los anarquistas al interior de
un proceso electoral es reprobable, inmoral y en algunas mentes es considerado
como una traición ideológica. Y aunque en el plano de la ideas es fácil
comprender que el campo de la lucha electoral poca relación guarda por la
construcción de un mundo libre, en la realidad histórica es posible observar la
participación de los anarquistas en diferentes organizaciones, que se han
debatido en diferentes momentos la dirección de un movimiento social. La
historia es testigo de que los anarquistas si han luchado en la toma y
estructuración del poder, con otros intereses a los de los burgueses, pero de
que han participado, de eso no existen dudas.
¿Porque han sido parte de procesos que no son en esencia anarquistas?
A lo largo de la historia, los anarquistas han formado partidos, alianzas y sindicatos de todo tipo para seguir dentro de la esfera social de los acontecimientos y en especial para mantener un proceso constante de la difusión de la idea. Han sido parte de organismo que por esencia han sido reformistas, como los sindicatos, pero en sin perder de vista las contradicciones que plantean sus actos. De modo que pensadores brillantes como Emilio López Arango llegan a sostener que:
"De la interpretación del sindicalismo depende en grado sumo la potencia de nuestro movimiento revolucionario. Los anarquistas no podemos substraernos a las luchas del proletariado -aun cuando muchas veces no interpreten ideales superiores-, ni negar nuestro esfuerzo a toda acción que suponga un debilitamiento de la burguesía y del Estado. Pero la propaganda anarquista, en todos los campos de actividad, debe estar dirigida de manera que no llegue a confundirse con el oportunismo revolucionario de los partidos políticos y de los secuaces del marxismo que hacen del sindicato el campo de sus correrías."
Es posible reconocer la naturaleza limitada de una forma de organización y sin embargo, se puede buscar ser parte de ella porque una buena parte de la sociedad se encuentra entre sus filas. ¿esto quiere decir que un anarquista puede trabajar dentro de organizaciones gubernamentales, eclesiales, militares o empresariales?
La pregunta es cabrona, aunque simple. En un primer momento,si, claro, por supuesto. El anarquista como cualquier persona que existe en la sociedad, nació y fue escupido a un mundo ya dado. De modo que puede buscar las formas para difundir sus ideales dentro de los espacios de los que forme parte, tomando en cuenta que la difusión del ideal anarquista puede aguardar consecuencias dependiendo del contexto en el cual se desarrolla.
Luigi Fabbri afirma en
relación al sindicato, que un anarquista puede desenvolverse libremente en su
interior partiendo del hecho de " poder
vivir dentro de ella, desarrollando su propia actividad revolucionaria; es
decir, les basta que tenga una constitución que no los obligue a transacciones
en sus ideas". De modo que si la organización a la cual
pertenecen dichos anarquistas permite el desarrollo de la actividad revolucionaria,
entonces adelante, pero si por otro lado esto lleva al despido o a otro
conflictos, el anarquista debe ser consciente de ello y los retos que pueda
enfrentar. Y a todo eso lo menos que
pueden hacer otros anarquistas es comprender la situación, en vez de buscar
crucificar al compañero desde el puesto imaginario de alguna moral superior.
Pero ya siendo bien concreto. En el plano de las elecciones mexicanas
del 2018, ante la pregunta ¿un anarquista puede trabajar desde el partido
MORENA? ...mi respuesta sería un "no, creo"...Y no es un no, desde
una postura cerrada, es un negativa en el sentido de que dudo que los
mecanismos y personajes al interior del partido permitan la difusión de ideas
de corte anarquista. Me puedo creer que algunos militantes simpatizantes hacia
el anarquismo puede realizar trabajo hormiga de convencimiento con otros
miembros del partido, pero no tengo dudas de que un ala radical al interior de
un partido como MORENA, sería acosada de forma incesante por los sectores
liberales y conservadores del partido.
Mientras en el caso de la candidata del Consejo Nacional Indígena, no
encuentro mayor problema en mantener un trabajo de acompañamiento a su proceso,
porque a pesar de guardar un interés en ser parte del proceso electoral, al
menos en actuar de acuerdo a las fechas planteadas por el calendario electoral,
el proceso del CNI busca superar los límites del proceso electoral y de forma ideológica
llega a compartir varios elementos en común con el anarcocomunismo.
Por otro lado la postura de ignorar el proceso electoral en su
totalidad, me parece de igual forma valida, aunque quienes lo hacen, pierden la
oportunidad de compartir el punto de vista anarquista sobre el proceso, lo cual
ayudaría a propagar el ideal y buscar la forma de que a largo plazo se pueda
estructurar un fuerzo organizativo que guarde menos contradicciones con la
idea.
Quienes deseen participar en el proceso político que se está
desarrollando ya sea de forma particular o colectiva, están cometiendo un
acierto, ya que el actuar consciente puede posibilitar la salida del anarquismo
del agujero negro en el cual se encuentra actualmente.
