El 17 de octubre de 1961 más de 200 argelinos fueron
asesinados en las calles de París, durante una marcha convocada por el Frente
de Liberación Nacional (FLN), para oponerse al toque de queda instaurado en
contra de los habitantes argelinos. A la mañana siguiente se lograron avistar
cadáveres flotando sobre el río Sena.
La colonización es la madre de tan atroz suceso. La raíz proviene
de la guerra por la independencia de Argelia, que le costó un millón de muertos
al pueblo de Argel, hasta 1962 en donde se liberaron del yugo Francés.
Resulta importante mencionar la masacre del 17 de octubre ya
que hasta la actualidad se mantiene prácticamente en las sombras y suele ser
ignorada por la historia occidental debido a lo vergonzosa que resulta. Una
cosa es que los argelinos se mueran en su país, pero que sus cuerpos se apilen
en las calles de la ciudad de las luces, brinda una mala imagen.
La violencia colonial se sigue manteniendo y se seguirá
manteniendo mientras la zona del ser no deje florecer al resto del mundo.
Europea por excelencia es donde el reconocimiento de ser un hombre o mujer libre es defendido por el
grueso del estado y la sociedad. A diferencia de la zona del no-ser en donde no
se reconoce la humanidad de las personas y la ley solo se le aplica a los
pobres y las prostitutas.
Puede sonar marciano ponerse a platicar de colonialismo
cuando han pasado más de 500 años desde la llegada de Colón al continente ahora
conocido como América. Pero la violencia de raíz colonial no deja de suceder.
El 8 de noviembre del 2005 se aplicaron
de nuevo en París, las mismas leyes que en 1955 se impusieron contra los
argelinos, llevando a la cárcel a más de 400 personas, como resultado de una
revuelta que se inicio por el asesinato a manos de la policía de 2 jóvenes
africanos, Ziad Benna y Boun Traoré.
Epidemia Colonial
Sobre el colonialismo el intelectual argelino Frantz Fanon comprendió
la necesidad de no recurrir a las ideas de occidente para reconstruir el tejido
social. Observo cómo en las partes colonizadas de África se sucedía una
epidemia que definía como una inferioridad del colonizado.
Fanon señala " El mundo del colono es un mundo
hostil, que rechaza, pero al mismo tiempo es un mundo que suscita envidia"
por eso el colonizado "siempre sueña con instalarse en el lugar del
colono". Dando una explicación al esfuerzo de gran parte de la
sociedad colonizada, por formar parte del mundo desarrollado.
El colonizado para liberarse del sentimiento de inferioridad
recurre a la violencia, la cual según Fanon "desintoxica.
Libera al colonizado de su complejo de inferioridad, de sus actitudes
contemplativas o desesperadas. Lo hace intrépido, lo rehabilita ante sus
propios ojos".
Pero la violencia no es más que un punto de partida, el cual
lleva inevitablemente a la barbarie y repetir viejas masacres. Se genera una
sensación de liberación, pero al mismo tiempo, encierra en el subdesarrollo,
por lo que en oposición una sociedad que desea ser libre " debe realizar
un enorme esfuerzo sobre ella misma, poner en tensión todas sus articulaciones,
renovar su sangre y alma".
Vacunarse
Reconocer la colonización, y la propia epidemia que genera
es un paso importante. Lo qué en México llaman el mal de Malinche, pero que al
final resulta ser mucho más complejo. En estas palabras no hay rabia, el mundo
es como es. El presente no se puede cambiar y de ninguna forma se ha de negar
todo lo que viene de la cultura occidental, pero si es necesario dejar de
tenerla en un pedestal.
El primer paso es definir la identidad, decir en claro quién
es uno, lo que se quiere y siente, porque el nombrarse es el primer paso
indispensable para convertirse en sujetos.
Nada está escrito en piedra y el esfuerzo de millones de
personas en América y África por crear un nueva zona de ser, curiosamente puede
ser una fuente de inspiración para occidente, en especial en estos tiempos,
donde China sera ahora quien busque imponer su cultura sobre el mundo.


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