Hace tiempo el fuego fue apagado por la palma de un gigante.
El saber les fue negado a los pequeños y sin el frondoso pelaje que hace tiempo les cubrió, las criaturas se fueron separando y muriendo.
La gran maquina encargada de agitar al universos, realizo 8 cálculos, con los 8 movimientos, de sus 8 tuercas, que dieron nacimiento a 8 estrellas, quebrando 8 cometas, para hacer nacer de golpe 8 montañas que como dientes de cocodrilo separaron de un mordisco la mano derecha del gigante.
El enorme sujeto partió a la región mas fría del planeta y de cara al sol, agotando su verbo mediante insultos inexistentes.
Rojo como recién nacido, quedo apenado ante la naturaleza, porque su berrinche había terminado por quebrar la tierra en pedazos. De pie se quedo, sin ira, ni vergüenza, prefirió fusionarse a las montañas que le rodeaban.
De su palma cortada se origino una nueva vida que surgió de los rastros de cenizas, la sangre de sus victimas y la ira de su infantil corazón.
Cada dedo de su mano derecha, surgió en momentos de rabia y arrepentimiento, así que ninguno sabía el idioma del otro a pesar de haber nacido el mismo día.
El tiempo no podía con su orgullo, hasta que la propia palma se canso de ellos y expulso a cada uno en un pedazo diferente de tierra.
Orgullosos, enojones e infantiles... se paseaban por los siglos, creando naciones, ciencia, religiones y guerra.
Ignorantes de su fuerza y sabiduría, la palma les extraña y ansia su regreso.
Esperanzada por el día en que tiren sus mascaras y puedan saborear la realidad.
